Le habían dado por muerta y tras el trance se suicidóUna mujer 'resucita' en el quirófano cuando estaban a punto de extirparle los órganosColleen Burns, de 39 años, había sufrido una sobredosis y fue trasladada al Hospital Centro de Salud San José de Nueva YorkColleeen Burns, madre de tres hijos de 39 años y de Siracusa, Nueva York, fue ingresada en el Hospital Centro de Salud de San José en octubre de 2009 después de haber sufrido una sobredosis de drogas. Allí los facultativos de turno certificaron su defunción, y se la llevaron rumbo a la mesa de operaciones con el ánimo de extirparle los órganos para trasplantes. Cuando los médicos ya estaban bisturí en ristre abrió los ojos...y se llevaron cómo no un susto de muerte. SE SUICIDÓ Aunque el suceso aconteció hace ya unos años, acaba de trascender ahora de la mano de varios medios de EEUU, y se hace eco entre otros el Mirror News, que da cuenta de que la protagonista del insólito evento se suicidó dos años después de protagonizar tan extraño y 'sospechoso' evento. Y es que ha trascendido que antes de estar a punto de ser intervenida se le administraron sedantes, algo que no casa de ninguna manera con su oficialmente corroborado estado de 'difunta', lo que abre de nuevo el debate sobre el presunto tráfico de órganos en según que estados, y si algunos doctores están involucrados en oscuras tramas. "ERRORES MUY GRAVES" El informe oficial de los peritos del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU confirman por ahora, y en todo caso, que "los doctores cometieron una serie de errores muy graves, esencialmente en la certificación de la muerte cuando la mujer estaba viva", y se deja patente que según las investigaciones llevadas a cabo "los enfermeros ignoraron los signos de recuperación que mostraba Burns tras una sobredosis, ya que apretaba los dedos de los pies y movía la nariz, la boca y la lengua": El columnista de la revista 'New American' Mike Adams, mete más leña en el fuego con su reciente artículo 'Así es como realmente se cosechan los órganos en los Estados Unidos', donde afirma que los pacientes que están al borde de la muerte (pero no realmente muertos) "son simplemente 'declarados' fallecidos, después se retiran sus órganos rápidamente, causando la muerte para siempre". Adams cree así que los hospitales tienen un fuerte incentivo financiero para actuar de tal guisa: El hospital fue obligado a pagar una multa 22.000 dólares en septiembre del pasado año, la mayor sanción impuesta a un centro hospitalario de Nueva York desde 2002. El dinero fue a parar a manos de Lucille Kuss, madre de la infortunada, quien dice que su hija estaba muy deprimida tras el incidente. |
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